Solo para una noche - Miranda Lee.
Marina había tenido que volar desde Australia hasta Londres para donar su médula espinal a Rebecca, una niña de siete años con leucemia. Pero al llegar a su destino, Marina descubrió que el tío de la niña, con quien había mantenido una escueta y formal correspondencia, no era el venerable anciano que ella esperaba. Muy al contrario, se trataba de un impresionante caballero de treinta y tanto años, realmente atractivo.
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